Hundido en el abismo
el hogar,
marché de un istmo
sin decir adiós.
Sin dios ni Sol en éste
cielo azul,
siento cantar el filo…………..de la ola.
Ando perdido, desolado
—de lado a lado……….. a lo Raskólnikov
contemplo el drama urbano y pienso
en qué hace aquí al ser humano
mirar siempre para otro lado y no
sentarse en el tren junto a quién se ve afín
y —tal vez— charlar un rato
y sonreír.
Apaga el farol;
el fanal en la plaza ya
se ha encendido.