Cada día me visita la muerte
y de su atención constante soy reo;
tanto poner en duda lo que veo
ha hecho de mi razón una más fuerte.
En mi mente los demonios son hueste
y andan tras de mi en todo lo que creo;
sin dar por cierto todo lo que leo
busco el camino que lleve a la fuente.
Vengo siguiendo las huellas de Orfeo
dónde reposa mi trino, el solfeo
siendo del bien en el mundo aliciente.
Está en mi destino el ser valiente;
ser uno mismo siempre es suficiente
mientras del aire las rimas moldeo.
Robestrébol